peña

S.O.S.

 

SAN JUAN 2003

Acababa de terminar el curso y teníamos muchas ganas de fiesta. Atrás quedaban la noches sin dormir por culpa de los estudios y comenzaban las noches sin dormir por culpa del alcohol.

Como todos los años, los quintos tenían que montar el entablao y los toldos. Pero los de este año se lo tomaron con paciencia, sin prisa se hacen mejor las cosas... Esperaron hasta el viernes a limpiar los toldos, y hasta el sábado no los pusieron. Aunque los que realmente los colgaron fueron Choto y Redón, ambos encaramados a los hierros de la barra y a los andamios improvisados, jugándose la vida como Bustamante en sus tiempos mozos.

El viernes, mientras íbamos colocando unos cuantos (sin saber donde iba cada uno), iban cayendo quintos de cerveza. Y caían y caían hasta que nos bufamos más si cabe que durante la noche que nos aguardaba. La cerveza se sentía sola en nuestros estómagos, por lo que tuvimos que ingerir algo con más sustancia. Algo que hiciese compañía al líquido y que lo espesase un poco. Así que nos marchamos al chiringuito y sacamos los embutidos que previamente habíamos comprado y cenamos. Tras la cena echamos unos cubatillas y alguna cerveza más (invitación de los kintos) y nos trajeron el pino, eso si, un poquillo tarde. (ya os he dicho que sin prisa se hacen mejor las cosas...) Lo pusieron de pie y quedó un poco torcido, aunque se tenía derecho y para nosotros eso ya era suficiente. La inclinación del pino produjo las risas de los primeros castañas de la noche, con su frase típica: “¡¡un segundo, un segundo...!! ese pino está... ¡¡¡TORCIDO!!!” Y es que la espera se hacía larga y seca, así que nos inyectamos unos cuantos cubatas, sobre todo Blasco, al que también le dio por imitar a Pocholo. Se insufló unos gintonics (como se nota que se ha casado, hasta bebe cosas de mayores...) y comenzó su recital, con una bandera de Aragón atada al cuello. Repetía la ya típica frase de “¡¡un segundo, un segundo!!”, aunque también incluía alguna novedades como “¡¡eres una... INSINCERA!!” o su famosa despedida: “¡¡¡eres una... FURCIAAAAAAA!!!”. Entre canción y canción y cubata y cubata iba pasando la noche y a lo que nos dimos cuenta ya era la hora de enramar. Salimos todos con media tajada en busca de cardos (la borrachera era necesaria para no sentir los pinchazos, aunque no quisimos tuvimos que beber para ser inmunes al dolor) unos cuantos se fueron a los cubos y a la piscina y no consiguieron apenas material, mientras que otros, los más astutos, iban en coche y llenaron el maletero al completo.

De repente se fueron Blasco y Titaco y alguno más. Sólo estaban para enramar Miguel, Rubén y Alex, con la colaboración de Pablo el Midiko. Como no estaban muy por la labor se quedaron a descansar en la negrita, momento que aprovecharon para ponerle a la negrita todos los cardos que habían cogido y un sujetador que le arrancaron a una de las quintas. También pusieron unas cuantas macetas, aunque hubo unos pequeños “fallos de sincronización”. Luego marcharon hacia casa de Pablo, no se sabe a qué, y por el camino volaron unas cuantas cortinas. Ya era de día otra vez y ni habíamos enramado ni nada. Así que para que el disgusto se nos hiciera menos doloroso fuimos al chiringuito, esta vez a “echar aguas” y a almorzar. Como ya he dicho antes, el pino estaba algo torcidillo, así que Miguel y Pablo (“el Rianxeiras” y “el Colega”) lo trataron de enderezar a “potorrazos”. Cogieron a las quintas y las fueron nombrando caballeras contra el tronco, una por una. Los pocos que quedaban se fueron a casa, excepto éstos dos, Rubén, Laura y Nuria, que se quedaron un poco más y hasta se pidieron una pizza, que al final se tuvo que comer Pablo solo. El plan era ir esa misma mañana a Casa Mata a comprar una lata del famoso “Rianxeira” para hacer bocadillos, pero hasta las diez no habrían, así que se fueron a dormir sin rianxeiras y con unas cuantas cortinas enreligadas.

El sábado tocaba poner los toldos, y allí estuvimos. Unos pocos trabajando y unos cuantos más echando cervezas de nuevo... Los litros iban saliendo de la barra y derramándose por nuestras tripas sin ninguna dificultad. Al final acabamos medio encastañaos a las 10 de la noche, al igual que el día anterior. Mientras nos echábamos los litros llegaron las camisetas, naranjas y negras como las del S.O.S. y con un dibujo de Miguel, como las del S.O.S. Después de trabajar duramente (el hígado), nos fuimos a cenar a Casa Vicente todos los quintos y dos amigas que se había traído Rul (¡¡a marraaaaaano!!). La cena transcurrió sin ningún incidente, pues Vicente estaba de mala leche. Cuando acabamos de zampiñar nos marchamos rápidamente al toro, que empezaba a continuación. En el pasacalles hicimos un poco (un mucho) el choto. Cuando acabamos de saltar y gritar, unos cuantos nos fuimos a ver el toro, que era bastante malo por cierto, y otros nos marchamos al Chiringuito porque nos tocaba barra. Y luego pues al baile, a hacer más barras y hacer más el tonto. Seguíamos con nuestra inyección de cubatas en vena y “la situación era bastante característica”, como diría Goliardo. Miguel y Blasco estaban echando unos gritos en la barra del tipo de “¡¡los quintos mecagën dios los más borrachos...!!” y también del tipo de “¡cuertate el pelo, Tonino cuertate el pelo...!”. En una palabra, haciendo la risa. Mientras tanto, Manolo estaba con uno de su clase, Rul escondido en la caseta haciendo marranadas, Lito escondido en otro sitio, haciendo la misma faena (pero con otra, no jodas...) , Enrique yendo y viniendo buscando culos que tocar y Junmiya siguiendo el rastro de la amiga de Rul que se había quedado desparejada. Iba pasando la noche y poco a poco llevábamos menos sangre en el alcohol. Y eso se notaba por las paridas que hacíamos, como por ejemplo la “segunda operación comandos”, llevada a cabo por Miguel y Manolo. Mientras que el chino avanzaba por el flanco derecho, Isertoin le cubría la retaguardia. El punto culminante de la misión fue la reptación hasta la mesa de madera (clavándonos todas las mierdas que había por el suelo)  y el abordaje de la mesa en cuestión. Subiéndonos encima y bajando de la mesa en sí al banco de una forma un poco dolorosa: rodando (primera ostia) y del banco al suelo con otro rodamiento (segunda ostia). Después de ejercitarnos tanto nos entró el hambre y nos marchamos a casa de Miguel, que estaba solo, a comer. Nos pillamos el jamón serrano que le quedaba y unas tortas de azúcar (comida agridulce de esa de los chinos) y llevamos lo que nos sobró a la piscina, ofreciéndole a Rul, por su gran faena realizada, y a sus amigas. Miguel además de la mezcla anterior se llevó su salchichón de supervivencia, pero se lo gorroneó el solo, que para eso era suyo. Ya serían más de las seis, así que empezamos a recoger la mierda que había por ahí y cuando acabamos de barrer nos marchamos a casa a mimir. Que ya era hora.

Y el domingo ya pues nada. A volver todos a nuestras casa, pero esta vez más felices que de costumbre pues ya empezaban las vacaciones. Solo nos quedaba esperar hasta la Vaquilla, o sino hasta el Carmen. El verano lo teníamos muy cerca.

 

MORALEJA: ¡¡Los quintos mecagüen dios, los más borrachos, mecagüen dios, los que más beben, y meeeeeeeenos meeeeeeeeean!!

 

 

 

MAGDALENA 2003

No fue una fiesta tan espectacular como la del año anterior, pero también nos lo pasamos muy bien. Vimos a Batiste después de tanto tiempo. Está hecho un pizzero profesional. Fue un fin de semana de castaña continua, en el que Enrique siguiendo la tradición se bufó como una puerca. Hizo cosas de esas que solo puede hacer él: nos hablaba con acento marroquí, con su ya célebre frase: “¿A passsssa?”;  se puso a reptar por el suelo ¡hacia atrás! (la de cosas que aprende en el ejército...) y tiró todos nuestros sacos. El ignorante lo hizo cuando volvíamos los demás de la fiesta del vino, con lo que aún le cayeron más ostias de las que se podían esperar. Aunque su mejor hazaña fue cuando se agarró fuertemente a una columna de casa de Tonino con los dos brazos y empezó a hacer como si se la estuviera tirando. Dándole lengüetazos al estucado y diciendo: “¡¡Siiiiiii X (omitimos el nombre), que buena que estas!!,¡¡Y qué gorda!! ¡¡¡No te abarco!!!”, a la vez que hacía un gesto de penetración con las piernas. Su castaña duró toda la puta Magdalena, porque hasta por la mañana decía tontadas. Y por la noche había veces que se desmayaba, como la noche en la que se fue con Lito y con Dani a tomarse un café. Los dos cabrones dejaron a Jenri por ahí tirao y lo recogieron cuando volvieron de dar una vuelta. Se sorprendieron al ver que estaba en la misma posición en la que lo habían dejado y nadie le había robado la ropa. Entonces fue cuando entraron al bar para echarse un café y le dijeron: “¿Enrique, quieres un café?”, a lo que este respondió: “¡no, que no me he afeitado!” (una respuesta muy coherente). Dani y Lito, creyendo que no se habían explicado bien, le volvieron a preguntar: “¿Enrique, quieres un café o no?”, a lo que Enrikiko respondio: “¡no, que no me he afeitado!” con mayor énfasis; pero cuando la camarera le preguntó qué era lo que quería Jenri le contesto con un “¡¡¡Bommmmmmmmbonnnnnn!!!”. Pero aun así, tras la bella insinuación de Enrique, la camarera no quería poner café para que la peña se vaya marchando, entonces Dani se rebotó y le quería pedir el libro de reclamaciones porque en un café lo que se bebe es café, mientras tanto Enrique daba cabezadas apoyado en una escalera y un viejo se descojonaba de él a más no poder.

 Pero no todo fue Enrique, ya que también nos encontramos con algunas de Rubielos, y con alguna amiga de las de Rubielos, que Rul intentó ligarse, pero que según él no pudo porque Miguel no le dejó. Pero no fue así. ¡¡Ay que marrano!! Y también nos encontramos a los de Nogueruelas (Minino y compañía), que conociéndolos solo de vista parecíamos amigos de toda la vida. (todos íbamos muy bufaos) Nos dieron algunas recomendaciones que nos vendrán muy bien en el futuro.

Nada más llegar a Castellón nos echamos una merienda del copón en Casa Chimo (¡oye, un abraaaaaazo!). Tapas y cervezas mientras hablábamos de la guerra que se han montado el Bush, el Blair y el lameculos. Entretanto llegaron Pablo, Juan y Bilbo y nos fuimos a casa de Tonino. Cogimos posiciones y colocamos los sacos y toda la movida (como diría Toni). Enseguida nos presentó a sus amigos: el Charly que ya lo conocíamos del año pasado y al Marcos y rápidamente se pusieron a beber calimotxo como buenos jepis que son. Pero donde demostraron su verdadera sangre jepi fue en la Gramola, donde los calimotxos volaban a base de empujones, mientras bailaban el “sarri-sarri”.

Este año dormíamos en casa güena. Las paredes estaban recién pintadas y muy blancas. Tonino nos prohibió bajo pena de muerte poner las manos. ¡Y anda que no habían casi zarpas marcadas cuando nos fuimos!. Además teníamos servicio de comidas, porque la madre de Toni nos traía tortillas, ensaladillas, salchichas, bocadillos, sobaos... de todo hasta reventar. No hubo chocolate como el año pasado, pero hubo comida de sobra.

Como no podía ser menos, visitamos el mesón del vino y el de la cerveza. En el de la cerveza nos quedamos anonadados con las camareras pezonudas. Aunque en el del vino nos lo pasamos mejor. Ya estábamos hasta los cojones de beber vino y de comer cacahuetes (es que los cacahuetes daban reseco y tenías que beber más vino)  así que fuimos a la famosa tienda donde hace un año Adrián se compró la camisa, y compramos whisky, licor de melocotón, redbull y fanta. Empezamos a hacernos fotos con las zagalas igual que el año anterior y nos reímos mucho. Entre la carapera, el que tenía unas orejas que parecía la copa de la champions ligue, la rubia que iba bufada y se ofreció voluntaria para hacerse una foto... todo fue una risa. Menos cuando casi nos inflan a ostias. Resulta que estábamos Manolo, Lito, Enrique y Miguel en un banco haciendo el mono con las bebidas que habíamos comprado. Y eso que había una tía buena en nuestras narices, y como no, Lito se fue de cabeza a hacerle una foto. La chica nos dijo que estaba esperando a su novio y tal y tal. Y al cabo del rato llegó el novio de la zagala y unos cuantos puntillos más a bacilar. Pero no pasó nada al final.

Por la noche venga a andar y a andar. ¡Que lejos esta la puta casa de Toni! Estuvimos en la Gramola, en un bar la ostia de caro que la camarera estaba muchismo buena, en una orquesta, en Jardines... Pero puede que nos lo pasásemos mejor por la noche en casa de Toni que por ahí. Y es que al llegar nos preparamos unos bocadillos del famoso “Rianxeira” (atún que había comprado mama Tonino) y Manolo de chorizo. Pues empezamos a hacer la risa y entre “colegas”, “xuletas” y “riancheiras” fue el descojone padre.” El primer día dormimos bien, y un pedo anónimo nos despertó a todos. Alguno se levantó con una resaca del copón. El segundo también dormimos de cojón (menos Enrique que estaba en el suelo sin saco ni manta ni almohada). Y el que si que durmió de putísima madre fue Juan que parecía que estaba desmayado. Pegaba unos ronquidos de la virgen.

Aparte de beber, también hicimos... ¿hicimos algo más? Bueno si, andamos mucho. En una de esas andadas queríamos ir a una tienda a ver camisetas, pero después de esquivar procesiones y petardos estaba cerrada. Menos mal que hicimos escala en algunos bares para llenar los depósitos. En uno de estos bares Manolo ligó. Pero con el camarero, que se le quedaba mirando. Era un tío gordo y venía hasta la mesa, decía nosequé en voz baja que nadie le escuchaba, y se iba. Se le iba bastante la pinza. Y mientras nos pegábamos estas grandes caminatas no faltaba nunca alguna canción (de todo tipo: jotas, canciones de fiestas, algún villancico que no venía a cuento, “a las barricadas”... y el “¡tararará... viva Teruel!”, con el que Adrián nos rayó la cabeza como pocos lo habían hecho antes.) y hasta se paró a preguntar por una dirección a una familia un tanto extraña..el hijo menor se quedó mirando a Adri y le lanzaba ladridos, a lo que Adri les dijo a los padres de la familia..”bonito perro” y se fue todo contento.

Y así termino la Magdalena. Bueno, así no. En verdad acabó cuando Jenri se despidió de nosotros pasando la lengua por el portero automático de Tonino, que es de esos modernos con cámara.

 

MORALEJA: Enrique que le tienes que pagar el billete de vuelta del tren a Dani, no seas cabrón y no te escaquees, mamonazo.

 

 

 

El VIOLADOR DE LAS 17:13

Un día de verano del 2002,ya adentrdo Agosto, estábamos tan campantes en la piscina, cuando derrepenete, a las 17:13 en punto, llega el Goliardo, sudando, con la cara blanca, exhausto, con un miedo que te cagas y nos dice que venía de excursión, pues iba con la bici, y se había encontrado un camión accidentado, ya vacío, en la carretera, paró a analizar la situación y al rato un coche paró en el arcén... de dicho vehículo bajó un viejo calvorotas con unas bermudas color beige y unos calcetines blancos por las rodillas que se le puso a hablar...El Goliardo no se esperaba nada raro, pero tras un momento de diálogo este hombre le dijo: "oye..estoy caliente..¿nos hacemos unas pajillas?" a la vez que se bajaba los pantalones (o eso es lo que nos contó el Goliardo) por lo que el Goli le tiró un pedrazo y salió cagando leches con la bicicleta hasta llegar al pueblo y encontrarnos...Goliardo quería olvidarlo todo, sufriría pesadillas todas las noches por culpa del hombre ese.

Pero ahí no quedó la cosa, la historia produjo sus risas y como la tarde era aburrida Miguel, Dani, Armando, Adri, Ramón, JoseLuis y Enrique, entre otros, pues éramos una barbaridad de gente, agarramos las bicis (Adri échate un coche ya coño) y fuimos a ver el camión volcado, pues era un trailer enorme con la cabina volcada de lado y el remolque volcado de tal forma que las ruedas traseras quedaban en el aire pudiendo pasar por debajo del camión si te apetecía. Estábamos echando un vistazo cuando se detuvo un coche negro en el arcén produciendo un sonido más o menos así: "PIU PIUUU" Dani estaba manteniendo una conversación con Armando y se detuvo para decir "Que bocina más rara tiene ese coche.." pero le interrumpió un hombre que bajó del coche, colocó una sirena portátil en el techo de éste y gritó "¿Se os ha perdido algo por aquí?" (Eran policias de tráfico) --"No, estábamos echando un vistazo" --"Pues la puerta del camión cuando yo me fui estaba cerrada y ahora está abierta...¿no la habréis abierto vosotros?" (Esto nos produjo un cierto acojone..pues ya estaba el guardia echándonos la bronca por cosas que no hicimos nosotros) Siguió diciendo: "Dadme vuestro DNI que si falta algo dentro del camión llamaremos a vuestras casas".

El primero en dar su DNI fue Armando, que no se acordaba por lo que el guardia le dijo que se esperara, que se lo iba a llevar al cuartel (Acojonamiento de Armando y de todos los que no se sabían el DNI) Lo que los guardias buscaban eran los papeles del camión y dos teléfonos móviles del conductor..un alemán que estaba en el hospital de Teruel, el caso es que ya habíamos oído el sonido de un teléfono pero no sabíamos de donde provenía el sonido. Estaba claro que nosotros no habíamos robado nada del camión y contamos que veníamos a verlo por lo que nos dijo el Goliardo. Los guardias nos pidieron ayuda para buscar lo que querían, y mientras unos miraban otros estaban dentro de la cabina buscando los teléfonos y los papeles.....Salieron los papeles...salieron un montón de mapas..salieron cervezas...bocadillos....cartones de tabaco (que se quedó uno de los policías y se lo empezó a fumar allí mismo)...revistas y videos porno a punta pala (estos camioneros...)....un montón de mierda a saco..y uno de los teléfonos..faltaba otro que no paraba de sonar, pero no se veía por ningún lado.

Mientras Enrique miraba las revistas porno del camionero (uno de los dos guardias le dijo que se las podía llevar a casa) Armando y el otro guardia sacaban cosas del camión (mapas de todas las carreteras de Europa que valdrían una pasta iban al suelo como si se tratara de basura), los demás iban mirando y paseándose de un lado a otro.

Entonces fue cuando Arman levantó una sandwichera que había en el camión y apareció una pistola debajo...--"Oye, que aquí hay una pistola" --"Será de juguete cogela"(pues ya habían aparecido algunos juguetes en el camión) --"pues pesa mucho" --"¡¡¡¡¡Damela que es de verdad!!!!" El guardia cogió el revolver y lo abrió desparramando todas las balas por el suelo y diciéndole a Arman: "Oye..¿me buscas cinco balas por ahí?". Le pasó las pistola al otro poli y este al girarse se topó con Ramón que no se había enterado de nada y se creía que le iban a pegar un tiro o algo por el estilo, así que Ramón al grito de "¡¡¡UNA PISTOLA!!!" se quedó blanco y fue tomando un tono multicolor mientras los huevos le salían disparados por el garganchón..pobre Ramón, que susto se llevó ese día.

Nosotros ya nos esperábamos que apareciera un alijo de drogas o algún cadáver descuartizado, pero solo aparecían revistas porno así que nos desanimamos un poco, excepto Enrique que seguía mirándolas de reojillo.

Y tras toda la tarde buscando apareció el puto móvil con cincuenta y tantas llamadas sin contestar, los que estaban dentro del camión se lavaron las manos porque se habían cortado con algunos cristales, aunque el jabón que sacaron del camión no ofrecía mucha confianza (¿Seguro que esa porquería era jabón?) Ya habíamos hecho buenas migas con los policías que apatrullan la ciudá, así que tras toda la tarde de sustos y tras la aventurilla del camión (y el supuesto violador del Goliardo) fuimos en bici hasta la piscina, los polis en coche con la sirenita haciendo "PIU PIUUU", dónde los tíos muy enrollaos, y ya que les habíamos ayudado, nos invitaron a tomar algo.

Por la noche una sombra se movía por la carretera, Era la sombra de Enrique que se fue a recoger las revistas del camionero, pues no las iba a desperdiciar.

MORALEJA: "PIU PIUUU"

 

FALLAS 2003

Los primeros días de fallas fueron totalmente normales, salíamos un ratico y punto, pero cuando llegó Miguel a Valencia todo cambió, se juntó con Juanmilla y Marrón y siempre que se podía se hacía botellón, a veces hasta venía PedroLo con nostros y Charly, el vecino de JoseLuis... Dani ese fin de semana estaba agotado y quería descansar, y no hacer de chófer como de costumbre, asi que le dió por dejarlos a todos tirados, cual fue su sorpresa al observar que Miguel y Ramón habían hecho un "Mikel Txumaker" sobre Fermín, el coche de Dani (denominado Fermín en tributo a una canción del Fary) llenándolo de bebida y dejándolo más pegajoso que las babas de Jenry. (Fue muy triste porque Jenry no estuvo en fallas, pues tenia mucho curro limpiando las letrinas del calabozo, pero más tarde lo volveríamos a ver en Castellón) Todo esto ocurrió porque Dani y JoseLuis se negaban a llevar a Miguel al Carmen, su mayor deseo (y que conste que nunca lo llevaremos solo por joder la marrana)

En esas fechas fue cuando escuchamos por primera vez la expresión "eres hijo de una puta" por lo que a Ramón le dio por soltarle a todo quinqui el famoso "comete una polla", cosas de críos pero que tienen su gracia si se las sueltas a la cajera del Carrefour mientras ella te pide que te levantes del suelo que eso está para comprar y no para dormir (imaginaos lo que ocurrió). También conocimos a los amigos de Adri de Teruel (algunos ya conocidos en la Vaquilla) e intimamos con su amigo Fredy, que preparaba unos cócteles de muerte (véase BludyFredy en la sección del diccionario)

Lo mejor vino al día siguiente, cuando Adri, JL y Dani fueron al Carmen aprovechando que Miguel ya se había ido a Zaragoza (si es que nos gusta joder). Empezamos la sesión con un botellón que trajo Dani y que comenzaron en medio del castillo, entre toda la gente que les miraba algo raro, sobre todo los policías. Mientras veíamos el castillo (sí ese castillo que Adri quería ver desde lo más cerca posible y si le dejaban encenderlo a él mejor) no paraba de sonar un teléfono de los años cincuenta en un cuartel que había en esa misma calle, puteando así a los soldaditos que tuvieron que hacer más viajes que la Renfe para contestar, el cachondeo de la gente era insuperable, sus comentarios como "¿está Paco?" o "¿Soy Gila, está el enemigo?" eran absurdos, pero como el botellón da alegría, Los tres SOStenes no dejaban de reirse de cualquier parida, y así evitaban al que estaba tirando los petardos al otro lado del río que ya daba por culo.

Luego en el Carmen Adri se puso a conocer gente, y como todos iban igual de borrachos pues mira, les invitaron a la Magdalena de Castellón, intercambiaron opiniones, les ofrecieron galletas, y algunos hasta se enamoraron. De repenete Adri pegó un salto porque estaba sonando una canción de Amaral dentro de un casal, y se fue corriendo para adentro sin que el vigilante se diera ni cuenta, se quitó el jersey y dejó ver la camiseta que se compró en el concierto de Amaral de Teruel (lo que se compra uno cuando va pedo). Se encontraron con Gustavo, que iba emporrao, como de costumbre, y pidieron un Burret, cocacola con licor de café, que estaba muy rico y además colocaba, Entonces fue cuando Adri se paró delante de una churrería y nos hizo esperar hasta que todos se dieran la vuelta y pudiera afanar un puto buñuelo (que ni se dieron la vuelta ni nada, lo raro es que no lo vieran hacer de las suyas)

Adri seguía hablando con todo cristo que se encontraba, hasta se puso a hablar catalán con una de Barcelona y eso que él de catalán no tiene ni puta idea, y más tarde a cantar el himno de la Vaquilla con otro chaval de Teruel (más tarde en Castellón aun daría más la lata con el puto himno)

JoseLuis se fue para casa cuando ya amanecía con el Charly, que nos lo encontramos por allí hablando con acento tejano igual que el señor "Ansar", y según él "esthaba en el Inmourthal bebiendou calimotchou con absentha y había agarradou un pelotasou muy fuerthe" Entonces Dani también se fue para casa andando para ver si caminando se le pasaban los efectos del alcohol, y Adri se fue con una que decía ser compañera suya, pero que nunca jamás la ha vuelto a reconocer.

MORALEJA: ¿Miguel para que quieres ir al Carmen? ¿¿¿para acabara bufao como una puerca???

FIESTAS DEL 2002 

Lamentamos no haber tenido esta sección antes, pero es que sufrimos una amnesia prolongada provocada por el alcohol y no recordábamos nada de lo que pasó. Además como para fiestas tampoco se duerme mucho se te amontona todo en la cabeza y no te acuerdas lo que ocurrió cada día. Y este año como no teníamos peña (oficialmente sí, pero como si nada) aún fuimos más de un lado para otro y nos apamplamos más. Más o menos fue esto lo sucedido: 

Miércoles 11 de septiembre (Año 1 después de Bin Laden)

Empezamos las fiestas echando una partida al okalimotxo. Aunque al final ya ni bebíamos calimotxo ni jugabamos a la oka. Cada vez que tirábamos el dado teníamos que hacer una prueba que te pusieran los del otro grupo. Los grupos eran dos: el de las tías y el de los tíos. Esa noche se popularizó el “¡¡Queremos que Gloria nos haga el guaraná!!” Pero finalmente no hubo estriptise posible. También nos lo pasamos muy bien con nuestro amigo el Fiti, que se iba de peña en peña y se dejaba el coche por ahí abierto y con las llaves puestas. Y Batiste que es muy astuto se lo pidió prestado y nos llevó a dar una vuelta por las Eras (en verdad no se lo pidió, más bien se lo quitó). Íbamos siete dentro del coche, a 90 Km por hora y en primera. (es que el chaval todavía no controla mucho lo de las marchas) Como no cabíamos muy bien el de delante sacaba las piernas por la ventanilla. Y es que esta era la noche de los coches y después de echar el okalimotxo los del Zulo se fueron por ahí con el Litomovil (todavía existía ese gran coche). Se subieron encima del maletero Manolín, Gustavo y Lorenzo y Lito que conducía por hacer la gracia aceleró y frenó en seco. Salieron todos volando y Gustavo aterrizó un poco mal. Se le quedó el ojo amoratado y fue la risa de las fiestas.

 Jueves 12 de septiembre

No hubo nada destacable o digno de mención. O por lo menos yo no me acuerdo. Tengo un laguna mental. 

Viernes 13 de septiembre

Adrián se travistió de Teletubi con dos coletas. Fue la noche de las bullas. La primera nada más empezar la noche en los Hunto Güins. Un tío que se le iba la cabeza y que era tartamudo y su madre fueron a la peña porque decían que le podían prender fuego a su garaje que estaba a tomar por culo de allí. Hasta llamaron a los picolos. Cuando llegaron  estos les dieron la razón a los Hunto. Al irse el tartamudo cogió del cuello a traición a Pajarito y lo tiró al suelo. Pero ahí acabó todo. La siguiente bulla fue la del Morlaco. Y es que esa noche Gonzalito estaba rebotado y se creía el puto amo de Rubielos. A nosotros nos invitaron algunas chicas del Morlaco a su peña. Y eso que vamos a entrar y se nos pone delante Gonzalo diciéndonos que nos quedásemos fuera. Nosotros le dijimos que nos había invitado gente, que no entrábamos porque sí. Y se lo dijimos de buenas maneras (porque parece que los bulleros siempre somos nosotros) Pues nos cogió de la camiseta (la camiseta nueva del SOS, eso es intocable) para que no entrásemos. Hasta que llegó Manolo y no se que pasó que Gonzalo le pegó una bofetada. Entonces Iserte se rebotó y le enganchó de los pelos y entre empujones y cortinas descolgadas se enzarzaron. Enseguida acabó todo y la cosa no pasó a mayores... La tercera bulla fue con Adrián, que no sabemos que hace que todos los años se mete en alguna, aunque como dice él, no de las que le gustaría. Pues se ve que estaba Adri en la plaza y a Pepe de los Bufones le tiraron de un cachirulo que llevaba puesto o no se sabe que royo, que le empezaron a lloverle ostias al pobre Adrián que no había hecho nada. La cosa también se resolvió en seguida. Fueron a hablar y se solucionó. Así que hubo tres bullas pero en ninguna corrió la sangre a gorgotones.

 Sábado 14 de septiembre

La imagen de este día grabada en nuestras retinas es la de Enrique en la plaza de abajo todo bufao bailando y ofreciéndonos cerveza de una botella que era todo espuma. Le quedaba un culo de cerveza solamente y el tío seguía chupando como un cabrón. Y es que esa noche fue muy importante para Enrique, porque se rumorea que se lío con una del Desguace... pero como iban los dos alcoholizaos no se acuerda ninguno. En esa noche también se llevaron a cabo los “fitifais” de Ramón y Miguel. Cada persona a la que se cruzaban le decían “¡fitifai campeón!” y le chocaban la mano. Fue una noche bastante cachonda. Había mucha gente, porque además era la del empalme y a la mañana siguiente había toro de soga. (que quede claro que esa mañana Blasco se volvió a poner el jersey del Morlaco por segunda vez) Había tanta gente que hasta nos encontramos a un amigo de Enrique: el Pedrón. Y el chaval o iba muy bufao o era más tonto que las piedras (yo creo que las dos cosas).

 Sábado 15 de septiembre

No quedaba ni Dios. Hubo espectáculo del Arévalo.

También hubo sangría, en la que Juanmiya se bufó (hasta se metió en la piscina), judiada, vaquillas y todas esas cosas que hay todos los años, pero es que no se que día fueron. Además tuvimos dos invitados de lujo: Carmen, la novia de Armando y el Charli, el novi... digo... un amigo de Tonino. Un buen chaval, jepi y amante del calimotxo. Este año no hubo jamoncico, que se le va a hacer.

 

MORALEJA: “¡Mira al de Villapijos!   ¡Tu te callas gilipollas!   ¡¡Gilipollas lo será tu madre que yo no tengo ese título nobiliario!!”

 

VERANO 2002

Pues el verano comenzó muy bien, muy prometedor como todos. Después del calentamiento de la Vaquilla el Carmen lo cogimos con fuerza y en plena forma. Hubo tres días seguidos de fiesta. En el primero con concierto y fiesta de la cerveza y los dos siguientes con discomovil. El primer día de verbena (que hacía un frío del copón) nos preparamos un chocolate en una cacerola gigante y nos lo comimos con unos churricos que vendían debajo de la piscina. El chocolate nos salió bastante claro porque le echamos leche a manta. Como nos sobró un montón, Adrián hizo algún que otro experimento y se lo mezcló con el cubata (que asco de chaval) Ese mismo día Miguel perdió las llaves del garaje que las había sacado para ir a por el chocolate. Después de mucho buscar y de ir de un lugar para otro se dio cuenta que se las había dejado puestas en la cerradura de la puerta (Miguel y las puertas...). El domingo (segundo día de discomovil) unos cuantos hicimos un minibotellón en el campo de baloncesto, Cuco pilló una tajada impresionante y cantaba con Titaco el “¡macho macho men!” Y Enrique se comió las del calamar y las del chipirón todas juntas. Esa noche subieron al garito de Goliardo a descansar unos cuantos Sostenes. Estaban extenuados por el ritmo frenético de la noche rubielana. Entre estos SOStenes se encontraba Jenrikiko que no había entrado en el garito, sino que se había quedado fuera para tomar el aire. De repenete entró de golpe abriendo la puerta de un portazo, cuando todos estaban ya casi dormidos, subido en una bicicleta de hace veinte años que llevaba las dos rueda pinchadas. Además movía las manos como si fuese a acelerar y decía: “¡¡bruuuuuuuum!!”. Como te puedes imaginar, iba bastante ciego. Pero ahí no acabó la cosa porque se acercó hasta donde estaba durmiendo Rul y se le tumbó encima, poniendo parte de su cuerpo encima de Miguel. Rul se levantó como poseído por el demonio y empezó a hacer una metralleta de puñetazos en la espalda de Henri que podía haber matado a tres personas normales (no a Enrique que es insensible al dolor) Mientras tanto Miguel también le pegaba patadas porque le estaba chafando con su tripera. Esa noche para cualquier otro ser humano hubiese significado la muerte. Pero para Jenri solo una o dos moraduras. Al día siguiente fue el Carmen y el Farol. Desconocemos lo que ocurrió en la cena de quintos en casa Vicente (litros y litros de alcohol y cientos de Hidalgos), pero un sostén casi se muere y otros dos se pusieron a bailar pasodobles en mitad de la plaza.

Unos días después fue la maratón. Y como viene siendo tradición nos fuimos al colladico a repartir aguas. Se nos comieron los mosquitos y nos comimos unos cuantos botellazos. Los “ecologistas” (Dani y Jose Luis) se fueron sin recoger una puta botella.

Lo correspondiente al futbol sala y a nuestra espectacular victoria al morlaco lo podéis ver en la sección “furguitol”

Para el medieval nos tocó hacer barra en la taberna. Es mejor que la de la piscina, porque te puedes echar bocaticas y patatas bravas, te pones como un cerdo. Vimos al hijodeput... digo... a nuestro amigo Chimo. ¡¡¡Oyeeeeeeee Chimoooooooooo, un abrazoooooo!!! El muy gilipollas iba de sobrao riéndose de la gente, de tío bueno y comprando amigos (porque a todo el mundo que se le cruzaba lo invitaba) Chimo tío, eres bastante subnormal. Para Enrique fue su primera barra y tenía miedo al debut. Después de explicarle detalladamente los conceptos más complicados del mundo de la hostelería (que la cerveza se pone sin hielo, por ejemplo) el chaval no lo hizo del todo mal (eso sí, le fallaba alguna cuenta) Aparte de estar dentro de la barra también estuvimos fuera y nos echamos nuestras buenas tapicas y nuestras buenas pócimas, que parece que no pero sí que suben sí, sino que se lo pregunten a Juanmiya. Que se estuvo una noche rallándonos la cabeza a nosotros y a Olympia. En una de esas noches vinieron unos de la Puebla y se liaron con alguna morlakilla. Había uno que era de las juventudes hitlerianas, pero que decía que se había quitado porque pasaba de marrones y no se quería meter en líos. Entonces es cuando Enrique se emocionó y empezó a hacerle preguntas toda la noche, acabando con un “¿Habeis visto?, es de los míos...” Y es que Jenri tuvo mucha importancia estos días, ya que fue el protagonista de otro hecho memorable (siempre la tiene que liar...). Esa noche había cobrado y le dio por invitarnos a calimotxo. Nos echamos unos cuantos a su salud (anda que no le hemos pagado nosotros cosas a él...). Pero se le amargó la noche cuando llegamos a la Taberna y Armando le dio un leve empujón (según sus palabras) y Enrique calló recto, sin poner las manos y dándose con el canto de la mesa de madera en todos los piños. Se levantó como pudo, se metió la mano en la boca y se refregó toda la sangre que le había salido. Nos lo llevamos a la glorieta para que se limpiase.

Otro día importante de este verano fue el lunes del botellón. Nos dio por comprar una “marrafa” de vino y algunos bebibles más y nos fuimos primero a casa de Rul, después a la plaza de toros a echar un okalimotxo (que no acabamos como siempre) y más tarde a la piscina.  La gente se fue yendo y ya solo quedaban Miguel, Dani, un conocido del Goliardo que se llamaba David y Henri (¡Es que está en todas el cabrón!) Acompañaron a David a los pisos y de vuelta empezaron a hablar del tío Froncho (es el tema que sale siempre que vamos bufaos) Enrique empezó a ponerse violento y a decir esas cosas que dice él: “¡Es que yo quiero que todos piensen como yo!” (Por cierto, a estas alturas aún rulaba la “marrafa” y alguno le cogió ascos al vino para toda su vida) Enrikiko continuaba con sus teorías hasta que de repenete comenzó a llorar. Le dijimos que se tranquilizase, que no era para tanto. Y entonces pronunció la frase mágica de: “¡¡¡Joder, que no lloro por eso, que lloro por Olympia!!!” A continuación paso una cosa con unos mocos que no voy a relatar porque es muy asqueroso. Todo acabó a las seis cuando se fueron a dormir.

Este verano nos a dado por andar. Es que tenemos que hacer mucho ejercicio para rebajar estas triperas. El primer día fuimos a Fuentes a ver el toro. Se nos reía todo dios que pasaba en coche, pero nosotros sin problemas. Menos mal que llevábamos cada uno un tetrabrick (o como ostias se escriba) de sangría que nos amenizó el viaje. Tuvimos suerte de encontrarnos a la vuelta con Lito y con Lorenzo, que nos bajaron en sus respectivos coches. Otro día volvimos andando a Nogueruelas, después del toro y de echarnos unos cuantos calimotxos. Adrian se picó y se quedó el solo detrás. Los otros tres (Arman, Dani y Miguel) iban delante, pero no se veía nada y tenían miedo porque a Adrián se le va un güebo la pinza. Cuando llegaron a Rubielos pararon los tres primeros en la glorieta, pero Adri continuó hasta su casa con cara de muerto. Se quedaron bastante pillados. Nuestra última excursión fue a Mora, pero esta vez de día y al parque acuático.

Para algunos ha sido un verano muy sexual, como para Rul. Que empezó tonteando con la argentina y acabó saliendo con Mara. O como Blasco, que ya sabemos todos lo que le pasa... Para otros, el verano ha tenido sabor a agua y a coca-cola, después de encastañarse como un campeón en la cena de los quintos. Otros, como Batiste solo vinieron a hacernos compañía dos días. Y otros se han estado estudiando hasta el día de antes de fiestas, como Toni. También los hay que se lo pasaron trabajando, como Lito. Pero para todos los demás fue un verano normal. Aunque con muchos días de lluvia y con poca piscina. Miguel, Dani, Josele, Arman, el Weah, Manolo y Jenri como siempre. Todos los días sentados en la piscina (sin consumir claro), echando algún partidillo a futbol de vez en cuando y ya al final hasta nos aburríamos. Tratamos de ir a algún pueblo de fiestas, pero no nos dejaron “por borrachos y por hijos de puta”. Aunque un día Adri intentó llevar a Dani, JoseLuis y al Weah hasta Fuentes en la Chirriana de JoseLuis, casi vuelcan por el camino y las caras de acojone con las que llegaron al pueblo eran para advertir del peligro que tiene Adrián conduciendo. 

MORALEJA: Nuestras aventuras ya no serán lo mismo, pues Enrikiko nos abandona y se va al ejército. Quedará demostrado que inteligencia militar son dos términos contradictorios.

NAVIDAD 2003

Estas navidades han ocurrido tres cosas que marcarán el transcurso de la historia:

La primera es que unos cuantos valientes (y algo gilipollas, por cierto) se han comprometido a dejarse el pelo largo hasta el Carmen (16 de julio). Estos personajes son: Tonino, Miguel, Rul, Manolo, Ramón, Juanma, Lito, Jose Luis, Dani y Armando. El que se lo corte antes tendrá que invitar a una ronda de cubatas a los restantes, que conociéndonos serán de güisqui con redbull (lo más caro). Así que más nos vale ser melenudos hasta agosto...

Otro suceso trascendental es que este verano nos vamos de vacaciones a Brozas (un pueblo de Extremadura). Es que nos queremos ir para el verano a conocer mundo por ahí y no sabemos dónde. Entonces hicimos un sorteo entre todos los pueblos de España. Pues mira si tenemos mala suerte que nos toco Gúdar, que está al lado de Rubielos. Repetimos el sorteo (aunque iremos a Gúdar aunque solamente sea a echar unas cervezas) y nos salió Brozas. Todo emocionados fuimos a casa de Lito a conseguir información sobre este pueblo. Nos llevamos una gran alegría cuando vimos que tenía bastantes habitantes pero seguimos mirando y nos llevamos el primer bajón cuando vimos una página en la que ponía que había un gran despoblamiento humano. Pero el bajón fue todavía mayor cuando miramos las estadísticas y no había nadie en la E.S.O. ni en bachiller. ¡ Es un pueblo de abuelos ! Y seguimos buscando y no hacían más que salir páginas de balnearios. Pero bueno, mejor que Gúdar estará...

Y por último, el tercer suceso trascendental es el fichaje de Lito Maravillas por la peña S.O.S., pero porque tiene coche y cuando va bufao nos invita...  

Y también ocurrieron otros acontecimientos menos importantes, como el descubrimiento del pelo de Manolo (ya le ha salido uno y lo cuida con mucho cariño y esmero, es que se nos está haciendo un hombretón...), los intentos de anacoluto de Rul, la bici saltadora de Tonino (antes saltaban las motos, pues ahora las bicis) que se colgó en una verja a la entrada del Romeral y no la podía descolgar, que Armando suda mucho haciendo pesas en casa de Carmen, que el Golilocal parece un putiferio con luces de discoteca y forrado de tías en pelotas, que nos hemos aficionado a la cerveza como unos agüelos y que Barrancos el muy gay se a cortado el pelo. 

Por lo demás la cosa transcurrió de una forma bastante normal, la cena de nochevieja la hicimos en el garaje de Miguel (¡Blasco, ya llevas dos años sin limpiar las llandas!) La cena era variada (había pollo, jamón, queso, salchichón, patatas, panceta y unas cuantas cosas más) Antes de la cenera a Jenrikiko ya le había dado tiempo a comerse una patada de Jose Luis a traición que le partió rodilla en seis trozos y a coger una cogorza del copón, tanto que hasta se escupía a si mismo. Y es que nada más llegar de Valencia empezó a echarse cervezas y no paró. Los demás también nos bebíamos alguna, pero es que el estuvo toda la puta tarde... Íbamos a ducharnos, a coger las bandejas del pollo... pero él todo el rato en el garaje y como no tenía otra faena, pues a beber. La cuestión es que cuando empezamos a cenar ya no se tenía de pie y se iba a mear cada cinco minutos (a la calle por supuesto, porque en esas condiciones no creo que atinase dentro de la taza...) Se arreaba las guindillas (que picaban de la ostia) de tres en tres, tiraba las patatas por el suelo y se montaba unas tocineras en su plato... Casi no nos deja ni cenar solamente de mirarlo y ver el asco que daba. Como estas navidad ha sido la de los contratos, firmamos otro en el que nos comprometimos a ir esa misma mañana a echar un partido de fútbol a la piscina. Y fuimos todos, menos Jenri claro. Acabó la cena y Rulaco nos deleitó con su trompeta tocando canciones que, según él, solo le salen cuando va borracho. Jugamos un poco a un juego que nos enseño Lito (de beber por supuesto) y a las doce menos cuarto nos marchamos para la plaza. Como todos los años no tocaron las campanadas y nos comimos las uvas cada uno cuando le daba la gana directamente del racimo, pues no nos había dado tiempo a contarlas. Nos felicitamos el año unos a otros entre chorretones de champán y subimos en manada hacia la nave. La discomovil la hacían los quintos, como siempre, pero este año por un módico precio. Fue una noche espectacular para Dani, ya que triunfó como nunca en su vida lo había hecho, con dos en la misma noche. Lito también se lió con una (que estaba bastante gorda, pero eso no lo vamos a decir). A Miguel casi le parten la boca porque un tío decía que le había dado 20 € mientras él decía que el billete era de 5 €. Y es que ya había comenzado su recital dándose una ostia con una pala que había por ahí aparcada que no se veía (es que además va un poco justillo de la vista) y perdiendo el móvil (que al final resulta que lo llevaba en el otro bolsillo). Manolo pegó también una buena doblada yendo a buscar la bebida y se cayó de morros. Siguió la noche y cada vez íbamos más ciegos. Además nos percatamos de que la rubia estaba bastante buena y que las napolitanas de la barra volaban (aunque no tenga que ver una cosa con la otra). Al amanecer cumplimos nuestra promesa y nos fuimos a la piscina a comernos el jamoncico que había sobrado de la noche anterior y a jugar a futbol. Como a veces hacemos cosas raras, esta vez nos dio por enseñarnos los calzoncillos unos a otros, ya ves tú que cosas nos pasan cuando vamos ciegos... Después del partido (que de partido no tuvo nada, porque además el balón estaba pinchado) nos fuimos a dormir que ya tocaba. 

La semana transcurrió relajada, con muchos vicios al ISS PRO en casa de Miguel jugando con Alimar, Roberto Larcos y compañía. Cada noche nos juntábamos un montón para que al final acabase ganando el más malo de todos: el tío Blasco. Alguna noche que otra por variar nos íbamos a la posada o a la piscina. Y uno de esos días que estábamos en la piscina nos trajo Lito unas cuantas cervezas. Se agradecen los regalos así. Lo malo es que no las podíamos abrir y fuimos por ahí buscando la manera. Finalmente nuestro experto cervecero: Rulaco, encontró la forma poniendo la botella en la verja de una ventana y haciendo palanca. Y acabó la noche cantando: “¡tucutucutú este es el agua de la gente como tú, agua viladrau!” 

Las cervezas adquirieron gran importancia estos días. La noche del jueves a las tres y algo se les ocurrió a Blas, a Rul y a Miguel echarse una ronda. Y se estuvieron echando cervezas hasta las cuatro y media pasadas. Pero esto solo fue el calentamiento de lo que ocurriría al día siguiente, que empezaron pronto para que no les faltase noche y se fueron a las 5 y algo a dormir. Después de beber muchos litros y cantar muchas pero que muchas canciones (la mayoría villancicos, algunos inventados como: “¡Pero mira como beben cerveza en la Posada, pero mira como beben Rompe, Rul y Carijo...!”) , después de llamar de Goliardo a las tres de la mañana con el movil y que bajase de propio desde los piSOS. Después de llamar a Alejandra de Castellón, a Juanmiya pilililla, a la rubia del tanganako y a un montón de gente. Después de intentar llenar un tablero de parchís con los quintos bebidos. Después de todo esto nos fuimos de la Posada (por cierto, quedará en nuestra memoria ese pedazo de cagada de Lito que causó arcadas toda la noche. Este sujeto ya nos había deleitado con otras giñadas míticas como la de Castellón) a la panadería para hacerle una visita a Lito y nos encontramos con los del Zulo que también andaban por ahí. No había nada para comer aún, así que fuimos con Pableras que gustosamente nos abrió el Aldi y nos compramos alimentos varios. Y a esas horas que serían más de las cinco nos marchamos a casa, Miguel y Blasco algo tocados y Rul con un castañazo del copón (esta vez sin cantar el “agua viladrau”). Ya cuando volvían para casa al pasar por el plano, Miguel y Blasco escucharon como un silbido por sus espaldas. No estaban en condiciones de girarse. Pero de repenete alguien les adelantó a toda velocidad con una bicicleta. Era Pichán. Entonces Blasco y Miguel se miraron con cara de extrañaos como flipando, como si hubiesen visto un OVNI. ¿Qué cojones hacía alguien en bici a las 5 de la mañana? ¿Lo habían visto de verdad o fue un efecto del alcohol? Se marcharon a casa con la duda.

Todo el mundo sabe lo sacrificado que es ser quinto: preparar la nave antes de una discomovil, limpiarla después, coger cajas para hacer los regalos... pero lo que nadie sabe los esfuerzos que tuvieron que hacer algunos quintos del 2003 para coger la paja para el belén. Patri, Miguel, Belén, Choti y Blasco tenían que ir a buscarla, pero necesitaban un medio de transporte seguro, grande y rápido, y ese era el Karijomovil. Esperamos a que el agüelo de Blasco terminase la partida de cartas en Pichán (lo primero es lo primero...) y nos pusimos en marcha hacia el Mas Blanco. Allí tenía la Choti un montón de paja y cojimos dos balas que las metimos en el coche. También cogimos alguna rama de encina para hacer bonito y unos cuantos juncos. Total que metemos la paja y no quedaba sitio. “¡Si ya os lo decía yo...!” decía Blasco (claro como él iba delante...) Pues hubo que hacer maniobra y no se sabe cómo, al final entró Miguel con dificultades y posteriormente Patricia y Belén. Estábamos medio tirados en posición Kamasutra, muy apretados y comiéndonos los juncos y las ramas mientras nos entraba la paja por los calcetines y nos llenábamos mucho de mierda. Acabó el trayecto y descargamos el material en la iglesia. Montamos los toldos del medieval como pudimos para que eso pareciese un portal (jodimos los clavos donde se enganchaban y tuvimos que improvisar), pusimos la paja, el fuego, hicieron entre Blasco y Miguel una estrella la mar de maja y se acabó la faena.

Una de las discusiones más profundas y que más mala hostia causó fue la elección de la Estrella para la cabalgata. El puesto le tocó inicialmente a Blasco por sorteo, pero éste decía que no lo iba a hacer porque tenía dificultades en la pronunciación. Después se le intentó encular a Belén, a Patricia, a Miguel... pero ninguno aceptaba. Se trató de hacer otro sorteo pero Titaco decía que él por sus cojones no hacía de Estrella. Tras un largo debate apareció por ahí Pablo el mediko que nos dijo que lo de ser Estrella era lo mejor y que te lo pasabas de puta madre. Y convenció a Rul, que es un poco iggggggggnorante. La cabalgata quedaba de la siguiente forma: Rul de Estrella. De guardaespaldas Titaco y Miguel. Melchor era Patri y sus pajes: Lito, Sandra, Tania y Juanito. Gaspar era Belén, y sus pajes: Tonino, la Choti, Manolo y Redón (con corbata de papel). Y Baltasar era María José. Sus pajes: Chelo, Juanmiya (en sustitución de Choto que no vino al final) Blasco y Goliardo (¡qué miedo este con una antorcha!). Durante el recorrido (que hubo que modificarlo por las obras) a Mariajo se le cayó el gorro y el pelucón. Tania también lo perdió, pero como era paje no tuvo tanta gracia. Y mientras tanto en la parte delantera de la cabalgata se escuchaban las chufladas de Tit: “¡¡auuuuuuuuua!!” como si fuera a cazar jabalís. Aunque la trompeta la tenía que tocar la Estrella (Rul), pero se encontraba un poco indispuesto y decía que si soplaba vomitaba (nos bebimos unas cuantas cervezas en las monjas). Lo que si que hacía bien, junto con sus dos acompañantes, era bailar el Chihuahua y la negra Dominga Lopez cada vez que pasaban por un sitio por el que no había gente. Y luego ya pues nada, entregamos los regalos a los críos (el discurso de Rul fue acojonante, empezando antes de tiempo  e improvisando como un campeón) y a cenar a Vicente, pero sorprendentemente la cena no tuvo mucha gracia. Aunque Vicente estaba empeñao en aleglárnosla tocando el saxofón y haciendo la risa con unas parejas que había en el comedor. A los que no les alegró la noche fue a Juanmiya y a Titaco, que estaban amargaos porque el Valencia había perdido contra el Madrid. Esa noche se fueron a Mora al Escalón Miguel, Lito y Sandra en el Litomovil y Chelo, Belén, Patricia y Choti en el coche de la madre de la Chota. Resulta que era la fiesta de la Ginebra y acabamos de fundas de móviles y llaveros hasta los cojones. A Miguel hasta le tocó un reloj y una camiseta, que la abrió muy emocionado, pero le cambió la cara cuando se dio cuenta que era de tía. La tuvo que regalar... La Chota vaciló un poco a una que le sacaría diez años y no paraba de empujarle. Al final todo se resolvió con la excusa perfecta que vale para todas las situaciones: “Es que va bufada...” (se usa cuando te lías con una que es más fea que el copón, cuando te sobra con alguien o cuando te equivocas de casa) Cuando volvieron a Rubielos estaban Rul, Toni, Goliardo y Vicente en la Posada, que se ve que les había gustado lo de la cerveza y querían repetir. Y la verdad es que había unos cuantos quintos vacíos encima de la mesa. Además de beber se echaron unos trozos de roscón invitación de la casa (o por lo menos yo no pagué) La gente se iba ya a dormir, pero Miguel y Lito se habían quedado con las ganas de escuchar música jepi, y Lito decía que esa era la hora en la que la ponían en el Escalón. Así que estos dos, en compañía de Blasco que ya había dejado a la mujer, se volvieron a Mora. Y al llegar al Escalón se llevaron una decepción porque estaban cerrando. ¡Oooooh! Se acabó la bufa. Media vuelta y a Rubielos a dormir.

   

MORALEJA: ¡Pero mira como beben cerveza en la Posada, pero mira como beben Rompe, Rul y Carijo...! 

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